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Román Presno(Sobre vino)
Hola colisteros!!
- Hace años llevamos a Francia un cargamento de naranjas y tangerinas
en un barco llamado Estemar II del cual yo era 2do. oficial. De pasajero viajaba un Ing.
Agrónomo como inspector del Ministerio de Ganadería y Agricultura para certificar el
traslado a la temperatura correcta durante toda la travesía. Personaje singular como
pocos he conocido, el Gordo S. se ganó de inmediato el respeto de la tripulación como
pocos novatos logran hacer. En los barcos de aquella época los hombres eran respetados
casi siempre, por alguna de estas tres cosas: por sus
conocimientos profesionales (solo los del mar, claro), por su éxito con las mujeres (que
se demostraba trayendo alguna a bordo), o por sus conocimientos teóricos o prácticos del
alcohol (fundamentalmente la capacidad de ingerir grandes cantidades). Los primeros días
fueron dedicados al estudio de este novato pasajero, para determinar que tipo de broma se
le iba a hacer.
Pero, antes de resolver alguna buena, el Gordo S. se ganó el respeto de todo el mundo: en
una reunión de varios, comentó que había trabajado dos años en una bodega de Mendoza,
lo que llamó inmediatamente la atención de todos. Cuando explicó que para la
fabricación de vino se podía usar cualquier clase de fruta, le preguntaron de inmediato
"¿También las naranjas?". "Claro" respondió el Gordo. Y se escuchó
la ronca voz del Capitán gritandole al mozo: "Lorenzo, que dos muchachos bajen a la
bodega y traigan cuatro cajones de naranjas que vamos a hacer vino". Lo tomaron al
viaje siguiente. Yo no estaba porque había quedado de licencia. Nadie me pudo contar como
había quedado de rico, pues lo tomaron en una fiesta de esas donde no sabían si era
whisky, ron,sake o vino, por el estado etílico de los bebedores.
En esa reunión, el Gordo S rompió uno de los mitos que todos teníamos desde siempre: el
de las bondades de los vinos mendocinos. Contó el Gordo, que un viernes de tarde el
dueño de la bodega lo invitó a ir el sábado de mañana que iban a hacer un vinito. A
las ocho estaba allí el Gordo y este señor puso en un tanque donde había unos mostos
viejos y usados, una bolsa de 50 kilos de un polvo violeta a los que agregó agua y unos
kilos de azúcar. Revolvió, filtró, y a las doce del mediodía salía un camión
cisterna hacia Buenos Aires con 20.000 litros de un vino mendocino de calidad respetable.
Dice el gordo que lo probó a los pies del camión y sintió que estaba tomando un rico
vinito "de la casa", de esos que en los restaurantes el mozo te recomienda y te
lo trae en una jarra de vidrio.
- En una reunión de Pequeñas y medianas empresas a la que concurrí
hace unos años, dio una charla el señor Juan Carrau sobre la reconversión de la bodega
de su familia. En la charla intercaló una anécdota a proposito del vino Tannat. Dice que
hace muchos años un bodeguero de Salto fue invitado a comer un asado a un campo cercano a
la vecina ciudad de Concordia, Entre Ríos. Parece que allí le regalaron (después en un
aparte de la reunión el Sr. Carrau cofidencialmente nos dijo a algunos,que las malas
lenguas dicen que fueron robadas) unas cepas vitisviniferas que él plantó, cosechó y
fabricó un vino muy conocido en el Uruguay que llevaba su nombre: Harriague. El famoso
Harriague. Después, hace ya pocos años esas cepas se mejoraron, se importaron mas de
Francia y se conocen ahora por su verdadero nombre: Tannat. Sin embargo, en Francia el
Tannat es un tipo de vino que se acostumbra cortar con otros, por lo tanto (decía Carrau)
Uruguay es el único país que exporta el vino Tannat, que ha encontrado su
"nicho" de consumidores en el mundo. El famoso Harriague.
- Un poco de humor.
En un concurso de catadores, un cura parroco venía haciendo estragos con sus
conocimientos y sus acertadas catas de vinos. Adivinaba, tipo, año y bodega y en algunos
casos hasta el numero de la botella.
"tinto Tannat, año 1986, bodega Carrau" Se oían aplausos estruendosos.
"Blanco Riesling, año 1992, Bodegas Santa Rosa" Mas aplausos...
"Corte rosado Fiesta de San Juan, año 1991, Los Cerros de San Juan"
Braaaavo....
Pero, un grupo de muchachotes que ya no soportaba más,decide jugarle una broma pesada y
uno de ellos le orina en una copa.
Cuando el cura párroco recibe la copa, mira su color, la huele, y paladea un
pequeñísimo sorbo....
Luego de unos segundos de suspenso, sin que ningún asomo de sonrisa ni mueca asome a su
cara, dice:
"Rubia, 15 años, doncella, no es de mi parroquia"...
Con un taluego, desde Colonia del Sacramento,
Román |