Rasgos
biográficos de Artigas en el Paraguay
Daniel Hammerly Dupuy - Lagomarsino - Montevideo 1949
Muerte y Entierro de Artigas
Cuando Artigas celebró su 86o. aniversario el 19 de junio de 1850
nada hacía suponer que fallecería después de tres meses. Durante ese día fue festejado
por los López pero a la tarde Artigas montó el Morito para llegar hasta la costa del
río Paraguay en compañía de Ansina, de
Montevideo, de Liberto, y de su joven amigo, el nieto de don Carlos López.
La salud de Artigas, con excepción de sus dolores reumáticos,
secuela de sus continuas campañas a la intemperie, era admirable, como pudo comprobarlo
su hijo al visitarlo cinco años antes. A veces el fiel Ansina, quien era mayor que
Artigas en cuatro años, no se sentía bien y
por esa razón había hecho colocar un mástil en el cual se izaba una bandera roja cada
vez que necesitaban algún auxilio. Esa señal era siempre observada por la señora
Mariños que buscaba agua todos los días en el icuá López, a poca distancia de la casa
habitada por el Patriarca.
Pero llegó el día cuando Artigas no se sintió bien y para
facilitar su atención, se dispuso su traslado a la casona de Carlos López que distaba
unas pocas cuadras. Fue en el momento cuando se vio rodeado por las personas que iban a
trasladarlo, el domingo 22 de septiembre, cuando Artigas exclamó: "Yo no debo
morir en la cama, sino montado sobre mi caballo! Traigan al Morito que voy a
montarlo!" En el curso de ese día se cumplió una ceremonia religiosa en la
cual intervino la esposa del Presidente. Artigas mostró una mejoría aparente, que no
permitía suponer un rápido desenlace.
El Prócer se mostró amable con cuantos le rodeaban en aquel
atardecer primaveral que sería el último. Las horas de la noche fueron sucediéndose
unas a otras sin el anuncio de lo que estaba por acontecer. En las primeras horas del
lunes 23 de enero, el moreno Ansina comprobaba
con espanto que Artigas expiraba en el silencio.
Al amanecer corrió la voz entre los pocos vecinos que había
fallecido el patriarca que supo ganar la buena voluntad de todos con su simpatía. El
cadáver fue transportado en una carreta arrastrada por bueyes en dirección al nuevo
cementerio de la Recoleta. El cortejo fue formado por un hijo del Presidente del Paraguay,
Benigno López, Julián Ayala, Alejandro García, Ramón de la Paz, Rodríguez y por los
morenos Joaquín Lenzina y Manuel Martínez Liberto.
Es indudable que el acto de inhumación se efectuó sin darle
conocimiento previo al Presidente pues éste, cuando era Cónsul, el 22 de setiembre de
1841, había suscrito la siguiente orden para el comandante de Curuguaty por si se
producía el fallecimiento de Artigas:
"Los honores fúnebres prevenidos en aquel oficio para el
caso del fallecimiento de dicho individuo se harán del modo y en la solemnidad que
permita la villa, convidándose de asistencia a los vecinos principales, sin que esta
explicación se vaya a publicar o vulgarizar antes de tiempo, siendo una advertencia
reservada por ahora al mismo comandante para su gobierno a su tiempo".
Resulta difícil explicar la ausencia del Presidente del Paraguay en
la inhumación de los restos de Artigas a menos que se admita que se ignoró la defunción
del Prócer hasta que se realizó el acto de darle sepultura. Esta hipótesis resultaría
posible en el caso de que Benigno López no
hubiese querido preocupar a su padre de "graves cuestiones" que lo ocupaban en
esos días a raíz de la ocupación brasileña de la Isla de Pan de Azúcar en el Alto
Paraná, y que estuvo a punto de desencadenar una guerra.
En el semanario oficial "El Paraguayo Independiente", del
sábado 28 de septiembre de 1850 apareció un resumen de la vida de Artigas, destacando en
la nota necrológica que "Artigas había resistido con pocos recursos todo el poder
de Buenos Aires y disputó la superioridad de las fuerzas del Brasil. Su ascendiente
dominaba al indio charrúa, al peón de las estancias, a los oficiales instruidos, a los
elementos de guerra ... ".
La partida de defunción aparece retocada posteriormente con la
misma pluma del cura que asentó esa partida, añadiendo lo que se refiere en la lápida
que fue colocada después de la fecha. El texto, tal como se encuentra actualmente,
expresa:
"En ésta parroquia de la Recoleta de la Capital, a veintitrés de septiembre,
yo, el Cura interino de ella, enterré en Sepultura ordinaria del Cementerio el Cadáver
de un Adulto llamado Dn. José de Artigas, extranjero, que lleva una lápida con este
título General Dn. José Artigas, 1850 de ésta feligresía. Doy Fe.
Cornelio Contreras". |